Grace (Selena Gomez) es una chica normal y corriente que, accidentalmente, se ve convertida en princesa cuando sus vacaciones de verano en París se transforman en una extraordinaria fantasía. Viviendo como la realeza, Grace, junto con sus dos mejores amigas, descubre quién es ella realmente; asumiendo la identidad de otra persona.
Grace (Selena Gomez), recién graduada en el instituto, y su mejor amiga Emma (Katie Cassidy) abandonan su trabajo como camareras en Texas para realizar un viaje a París. Pero Meg (Leighton Meester), la aguafiestas hermanastra de Grace, es impuesta como su carabina, muy a su pesar, por la madre de Grace (Andie MacDowell) y su futuro padrastro (Brett Cullen). Mientras tanto, el novio de Emma, Owen (Cory Monteith), intenta arruinarles totalmente el viaje con un anillo y una proposición.
Grace y Emma, no obstante, no cejan en su empeño de disfrutar de la crème brûlée junto al Sena, y, muy pronto, las dos amigas, con Megan a cuestas, llegan a Francia.
Oh, París… las luces... los boulevards... los…
¡Perdón, no hay tiempo para esto! Visitando a toda prisa los emblemáticos monumentos históricos con una guía turística hiperactiva, y decepcionadas por su alojamiento de "lujo" y sus frecuentes peleas, el espíritu del trío flaquea mientras sigue a la masa de jadeantes turistas americanos.
Sin embargo, su destino cambia por completo cuando Grace es confundida con una destacada miembro de la alta sociedad británica, Cordelia Winthrop Scott. Cuando las chicas, involuntariamente, se apoderan de la invitación de Cordelia a un elegante baile benéfico en Monte Carlo, aprovechan el momento, en realidad, toda la semana, para renunciar a su desastroso viaje organizado y marcharse al sur. Con carta blanca para disfrutar de la gran suite, el vestuario y todos los complementos de la aristócrata (incluyendo un collar valorado en 4 millones de dólares), las tres chicas se embarcan en una romántica aventura repleta de fiestas en yates, partidos de polo y abundancia de acaudalados solteros. Pero cuando el collar desaparece y la verdadera Cordelia llega inesperadamente, Grace, Emma y Meg tienen que desplegar todo su encanto, ingenio y coraje sureño para evitar que sus edulcoradas vacaciones se conviertan en un auténtico conflicto con Monte Carlo.
Para numerosas jóvenes americanas, celebrar su graduación (o casi graduación, en el caso de Emma) con un viaje a Europa constituye desde hace mucho tiempo un rito de iniciación. La magnífica arquitectura, la sofisticada cultura y la rica historia representan para las chicas una escuela de señoritas virtual que las prepara para afrontar el gran desafío que supone la vida adulta. Se añade a lo anterior la seducción del romance, una aventura maravillosa y, bueno, ¡empieza a hacer tu equipaje!
Para Grace Bennett (Gomez), que siempre se ha sentido como un pez fuera del agua, Europa representa una oportunidad de encontrar todo lo antes mencionado; y también a sí misma. "Grace es una chica sensata y realista, que quiere a su madre y a sus amigos, pero, al mismo tiempo, siempre ha creído que su destino se encontraba más allá de su pequeña ciudad de Texas", dice Selena Gomez. "Ella busca la promesa de algo mucho mejor, y deposita todas sus esperanzas, probablemente demasiadas, en que un viaje a Europa le abrirá las puertas a una nueva vida".
Mientras tanto, Emma, la amiga de Grace, tiene un novio fiel, Owen (Monteith), que está deseando casarse y formar un hogar. Emma ama al sencillo, bondadoso y honesto Owen, pero siente curiosidad por saber si algún exótico romance europeo pudiera ser más de su gusto. Hay muchos peces en el mar, ¿por qué conformarse con el primero que cae en el anzuelo? "Emma ve su viaje con Grace como un cuento de hadas: llegarán a París, conocerán a hombres atractivos y tendrán unas experiencias increíbles", declara Katie Cassidy. "Emma es la más decidida, siempre dispuesta a asumir riesgos y transgredir las normas".
Ambas chicas consideran la presencia de Meg (Meester) una molesta intromisión; como una mosca en su burbujeante copa de champán. En pocas palabras, Meg no es precisamente famosa por ser el alma de las fiestas. "Meg ha perdido a su madre recientemente, y todavía está un poco traumatizada por eso. Le hace cierta ilusión visitar Francia, pero no en estas circunstancias y, por supuesto, no con estas dos chicas", señala Leighton Meester. "Algo más reprimida emocionalmente, Meg se considera mucho más inteligente y madura que Grace y Emma". Selena añade: "Meg está muy unida a su padre, y no quiere que se vuelva a casar. Por tanto, a Meg no le gusta la madre de Grace, lo que significa que no le gusta Grace. Meg y Grace, evidentemente, chocan continuamente al principio. Pero a medida que se desarrolla la historia, surge una maravillosa relación entre ambas".
Con Meg a cuestas, el viaje a París que Grace diligentemente había organizado empieza con expectativas desalentadoras, y pronto empiezan a tocar fondo. Una agobiante y lúgubre habitación de hotel, una guía turística que parece un sargento instructor y un clima pésimo llevan a Meg a comparar el viaje con una parte muy concreta de la anatomía. Grace, sintiéndose todavía más desarraigada que en Texas, confiesa con desánimo, "Me arrepiento de haber pensado que todo sería diferente para mí en París".
Pero, oportunamente, el viento empieza a soplar en otra dirección adoptando la inverosímil forma de la malcriada aristócrata británica Cordelia Winthrop Scott. Tras ser testigos de una pequeña rabieta de Cordelia en un gran hotel, donde se habían metido para resguardarse de la lluvia, las chicas se quedan absolutamente sorprendidas del parecido que Grace tiene con la impertinente heredera. Con algún estímulo (mejor dicho, insistencia) por parte de Emma, Grace se atreve a hacerse pasar por Cordelia. Su perfecta imitación de Cordelia las conduce hasta Monte Carlo, donde, cómodamente instaladas en el lujoso Hotel de París, las chicas empiezan a vivir a lo grande. Muy a lo grande. Monte Carlo a lo grande.
Grace (Selena Gomez), recién graduada en el instituto, y su mejor amiga Emma (Katie Cassidy) abandonan su trabajo como camareras en Texas para realizar un viaje a París. Pero Meg (Leighton Meester), la aguafiestas hermanastra de Grace, es impuesta como su carabina, muy a su pesar, por la madre de Grace (Andie MacDowell) y su futuro padrastro (Brett Cullen). Mientras tanto, el novio de Emma, Owen (Cory Monteith), intenta arruinarles totalmente el viaje con un anillo y una proposición.
Grace y Emma, no obstante, no cejan en su empeño de disfrutar de la crème brûlée junto al Sena, y, muy pronto, las dos amigas, con Megan a cuestas, llegan a Francia.
Oh, París… las luces... los boulevards... los…
¡Perdón, no hay tiempo para esto! Visitando a toda prisa los emblemáticos monumentos históricos con una guía turística hiperactiva, y decepcionadas por su alojamiento de "lujo" y sus frecuentes peleas, el espíritu del trío flaquea mientras sigue a la masa de jadeantes turistas americanos.
Sin embargo, su destino cambia por completo cuando Grace es confundida con una destacada miembro de la alta sociedad británica, Cordelia Winthrop Scott. Cuando las chicas, involuntariamente, se apoderan de la invitación de Cordelia a un elegante baile benéfico en Monte Carlo, aprovechan el momento, en realidad, toda la semana, para renunciar a su desastroso viaje organizado y marcharse al sur. Con carta blanca para disfrutar de la gran suite, el vestuario y todos los complementos de la aristócrata (incluyendo un collar valorado en 4 millones de dólares), las tres chicas se embarcan en una romántica aventura repleta de fiestas en yates, partidos de polo y abundancia de acaudalados solteros. Pero cuando el collar desaparece y la verdadera Cordelia llega inesperadamente, Grace, Emma y Meg tienen que desplegar todo su encanto, ingenio y coraje sureño para evitar que sus edulcoradas vacaciones se conviertan en un auténtico conflicto con Monte Carlo.
Para numerosas jóvenes americanas, celebrar su graduación (o casi graduación, en el caso de Emma) con un viaje a Europa constituye desde hace mucho tiempo un rito de iniciación. La magnífica arquitectura, la sofisticada cultura y la rica historia representan para las chicas una escuela de señoritas virtual que las prepara para afrontar el gran desafío que supone la vida adulta. Se añade a lo anterior la seducción del romance, una aventura maravillosa y, bueno, ¡empieza a hacer tu equipaje!
Para Grace Bennett (Gomez), que siempre se ha sentido como un pez fuera del agua, Europa representa una oportunidad de encontrar todo lo antes mencionado; y también a sí misma. "Grace es una chica sensata y realista, que quiere a su madre y a sus amigos, pero, al mismo tiempo, siempre ha creído que su destino se encontraba más allá de su pequeña ciudad de Texas", dice Selena Gomez. "Ella busca la promesa de algo mucho mejor, y deposita todas sus esperanzas, probablemente demasiadas, en que un viaje a Europa le abrirá las puertas a una nueva vida".
Mientras tanto, Emma, la amiga de Grace, tiene un novio fiel, Owen (Monteith), que está deseando casarse y formar un hogar. Emma ama al sencillo, bondadoso y honesto Owen, pero siente curiosidad por saber si algún exótico romance europeo pudiera ser más de su gusto. Hay muchos peces en el mar, ¿por qué conformarse con el primero que cae en el anzuelo? "Emma ve su viaje con Grace como un cuento de hadas: llegarán a París, conocerán a hombres atractivos y tendrán unas experiencias increíbles", declara Katie Cassidy. "Emma es la más decidida, siempre dispuesta a asumir riesgos y transgredir las normas".
Ambas chicas consideran la presencia de Meg (Meester) una molesta intromisión; como una mosca en su burbujeante copa de champán. En pocas palabras, Meg no es precisamente famosa por ser el alma de las fiestas. "Meg ha perdido a su madre recientemente, y todavía está un poco traumatizada por eso. Le hace cierta ilusión visitar Francia, pero no en estas circunstancias y, por supuesto, no con estas dos chicas", señala Leighton Meester. "Algo más reprimida emocionalmente, Meg se considera mucho más inteligente y madura que Grace y Emma". Selena añade: "Meg está muy unida a su padre, y no quiere que se vuelva a casar. Por tanto, a Meg no le gusta la madre de Grace, lo que significa que no le gusta Grace. Meg y Grace, evidentemente, chocan continuamente al principio. Pero a medida que se desarrolla la historia, surge una maravillosa relación entre ambas".
Con Meg a cuestas, el viaje a París que Grace diligentemente había organizado empieza con expectativas desalentadoras, y pronto empiezan a tocar fondo. Una agobiante y lúgubre habitación de hotel, una guía turística que parece un sargento instructor y un clima pésimo llevan a Meg a comparar el viaje con una parte muy concreta de la anatomía. Grace, sintiéndose todavía más desarraigada que en Texas, confiesa con desánimo, "Me arrepiento de haber pensado que todo sería diferente para mí en París".
Pero, oportunamente, el viento empieza a soplar en otra dirección adoptando la inverosímil forma de la malcriada aristócrata británica Cordelia Winthrop Scott. Tras ser testigos de una pequeña rabieta de Cordelia en un gran hotel, donde se habían metido para resguardarse de la lluvia, las chicas se quedan absolutamente sorprendidas del parecido que Grace tiene con la impertinente heredera. Con algún estímulo (mejor dicho, insistencia) por parte de Emma, Grace se atreve a hacerse pasar por Cordelia. Su perfecta imitación de Cordelia las conduce hasta Monte Carlo, donde, cómodamente instaladas en el lujoso Hotel de París, las chicas empiezan a vivir a lo grande. Muy a lo grande. Monte Carlo a lo grande.